Al igual que otros tipos de conjuros para mejor el aspecto y la salud, los hechizos para adelgazar vienen realizándose desde hace siglos en numerosas culturas de avanzada tradición mágica. Se han encontrado tumbas en antiguos poblados mayas en las que los cuerpos mostraban signos de haber experimentado un adelgazamiento a una velocidad que la ciencia ha sido incapaz de explicar. Los hechizos para adelgazar están presentes en otras tradiciones mágicas como la egipcia, en la que se englobaban en los distintos rituales de culto al cuerpo o la cultura del pueblo perdido de los Tocarios, en Asia central.
Los hechizos para adelgazar resultan algo más sencillos de realizar cuando se cuenta con una referencia clara de a que estado de peso se quiere llegar. La forma más efectiva es haber tenido ese peso anteriormente y contar con una fotografía o una prenda íntima de esa época. En este caso puede realizarse el primer hechizo que os presentaré. En caso contrario puede realizarse otro hechizo distinto que requiere la invocación de entidades mágicas más poderosas y la participación de la persona que la realiza durante un período de tiempo más prolongado. El primer hechizo que os presentaré suele ofrecer resultados de forma más rápida, visibles desde el primer ciclo lunar tras su realización, mientras que el segundo puede requerir varios ciclos lunares antes de surtir efecto. Ambos hechizos pueden realizarse a la vez, complementando sus efectos.
Para la realización del primer hechizo de adelgazamiento se requiere una serie de elementos mágicos. En este hechizo el objetivo es recuperar la forma física pérdida, regresando al peso de un momento distinto de nuestras vidas. Para ello, es necesario contar con una fotografía de la persona objeto del hechizo en el momento en que tenía el aspecto que se desea recuperar. Puede emplearse todo tipo de fotografías, pero son más efectivas aquellas en que la persona este sola, se vea el cuerpo completo o la mayor parte de él y en que haya mayor superficie de piel expuesta. Las fotos más efectivas son por ejemplo aquellas tomadas en un día de playa o en la piscina. Si no se cuenta con una fotografía también puede empelarse una prenda usada por la persona en el momento en que tenía el peso deseado. Es más recomendable el uso de prendas ceñidas, o ropa intima, que prendas holgadas o poco definidas. Se trata de elegir prendas que una persona de mayor volumen no sea capaz de vestir. EL siguiente elemento imprescindible es una vela de cera clara de tamaño mediano (aproximadamente del tamaño de un vaso). Es conveniente evitar ceras de colores más oscuros, ya que el objeto de la vela es que su cera represente la grasa humana, que es de color amarillento a blanquecino, y que al quemarse involucre la acción mágica en la quema de grasas en el hechizo para adelgazar.
Finalmente se requieren dos elementos para facilitar el contacto espiritual. En el caso de los hechizos para adelgazar estos elementos son el incienso y la rosa, cada uno de los cuales tiene un significado simbólico de importancia en el funcionamiento del hechizo. El incienso representa la acción de las entidades llamadas a ayudarnos mediante el hechizo, invitando a que actúen en nuestra ayuda. La rosa refleja la belleza y la salud que se desean alcanzar tras el hechizo y que han motivado a su realización. El incienso puede adquirirse en granos o en rama, mientras que la rosa debe ser una rosa fresca y natural, tan recientemente cortada como sea posible. Pueden emplearse rosas de todos los colores, si bien las rosas rojas se consideran más poderosas para la preparación de hechizos.
En la segunda variedad del hechizo para adelgazar, la foto debe reemplazarse por una carta. En esta carta deben exponerse los motivos por los que se desea adelgazar, tratando de ser lo más sincero posible con uno mismo y con las entidades a las que pedimos ayuda. Es conveniente meditar los motivos para asegurarnos de que estamos llegando a la raíz de nuestras motivaciones. Cuanto más poderosa sea la carta más efectivo resultará el hechizo.
El resto de elementos son comunes al primer hechizo presentado: una vela mediana, una rosa natural fresca, e incienso. Se realiza el ritual anteriormente descrito pero bajo la vela debe emplazarse la carta en vez de una fotografía. Igualmente, si se siente la acudida de una presencia a nuestra llamada es necesario permanecer unos minutos con los ojos cerrados para mostrar nuestro respeto y agradecer su actuación.
En ambos casos, la vela debe dejarse encendida hasta que se consuma por sí misma. Una vez se apague, la longitud de la vela consumida nos indicará en qué medida ha resultado efectivo el hechizo. Si la vela se consume por completo, significará que conseguiremos perder todo el peso propuesto, mientras que si se consume la mitad de la vela, el hechizo nos garantizará adelgazar la mitad de ese objetivo.
Como en otros tipos de magia, los hechizos para adelgazar nunca deben realizarse a la ligera. Si una persona que realiza un hechizo exigiendo la ayuda para lograr sus objetivos se dedica a cometer excesos posteriormente (como comer sin parar) podría llegar a hacer enfadar a las entidades invocadas, que podrían decidir emplear su poder para revertir los efectos del hechizo y no solo no ayudar a perder peso, si no hacer engordar aún más a la persona que lo realizó. Muchas entidades mágicas toman orgullo en su poder y no dudan en castigar a aquellos que consideran tratan de hacer un mal uso de él. El conjurador debe mostrar en todo momento respeto a las entidades invocadas y mostrar en los siguientes días su disposición a hacer todo lo que esté en su mano para la consecución del objetivo. Esto no solo se aplica a los hechizos para adelgazar, si no que es una regla fundamental en cualquier tipo de magia, independientemente de la tradición o las entidades invocadas.
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